Septiembre 20, 2023
Echa una mirada sincera a tu vida. ¿Te sientes llena y completa, o sientes que te falta lago? Si estás consciente de un vacío, ¿Qué estás utilizando para tratar de llenarlo? ¿Las relaciones con familiares y amigos? ¿O has optado por alcanzar logros, con la esperanza de que estos te hagan sentir importante? Quizás estés usando una sustancia o una actividad de algún tipo para calmar tu dolor.
Jesús conoció a una mujer que tenía un gran vacío en su alma. Anhelaba una relación sana, pero había sido rechaza una y otra vez (Juan 4:7-30). En aquellos días, un hombre podía divorciarse de su esposa por el mero hecho de que ella lo disgustara de alguna manera. La mujer samaritana había sufrido este rechazo cinco veces, y ahora estaba buscando llenar su alma con un hombre que no era su esposo.
Es probable que ella solo tratara de ocultar su dolor para que la gente no se diera cuenta, pero cuando el Señor se encontró con esta mujer en el pozo y le dijo todo lo que ella había hecho, sus días de secretos habían terminado. Por fin había encontrado a quien podría traer llenura a su vida. Antes de que tú puedas llenar el vacío que hay en tu alma, debes permitir que la mirada tierna de Cristo penetre en las profundidades de tu corazón, y te revele la causa fundamental de tu vacío.
Fuimos creadas para Dios. Todas las otras búsquedas son sustitutos inadecuados, y nunca nos darán la satisfacción permanente que estamos buscando.
La vida es capaz de derrotarnos, dejándonos agotadas y desilusionadas. Pero cuando damos a Jesucristo acceso pleno a nuestros corazones, nos llena de su amor incondicional.
Mayo 3, 2023
Yo estoy aquí, amada mía, estoy acariciando y contemplando tu dependencia de mí. Tu eres importante, eres escogida, apartada. No temas. Yo estoy contigo como el Señor de los ejércitos celestiales. No te dejes intimidad por ninguna persona o circunstancia. Mi gracia te basta, el triunfo está seguro porque soy tu Redentor y vivo para sostenerte con mi amor. No te inquietes por el futuro o por las circunstancias que puedan venir. Deja de escuchar las voces que bloquean las arterias de la gracia, estoy haciendo un baipás para que fluya mi perdón, y mi gracia. Los cautivos serán libres, yo traigo libertad en tu hogar. Yo te estoy llamando a que pienses en un “trono de guerra”, que empuñes la espada del Espíritu que hoy pongo en tu mano, y pelees la buena batalla de la fe. Esta espada de doble filo y poder, cuya cabeza no es más que el León de Judá. Mis caminos no son tus caminos, los míos son mejores. Y si te entregas a mí, haré que el enemigo y lo que usó para destruirte, sea destruido porque yo te he llamado mi hija, y te he amado con amor eterno, mía eres, y nada te puede separar de mi mano. Recuerda que yo haré todo lo que te he prometido, cumpliré en esta hora todo lo que mi Palabra dice.